domingo, 25 de diciembre de 2011

El aire temblado llena de tibio amanecer tus despertares, los mios también que dichosa yo, me levanto cada día a tu costado, sacrificando dias que me reconcilian con un mundo que hace mucho tiempo di por perdido. Tu, tan pequeña eres la razón de querer ser grande, donde reposa mi alma para tomar fuerzas. Tu, mi pequeña, tu.
Cuanto te ha costado saberte dueña de la cama en la que ahora reinas, cuanto tiempo ha pasado para encajar las piezas de un puzzle que ya sabíamos montar. Y de nuevo me sorprendo aqui, abriendo la caja donde guardamos los sueños con la misma sonrisa pícara de hace unos años. Me muerdo la lengua para no contarte lo que viene y que te cojan las sorpresas en la próxima esquina mientras son tus curvas las que despisten mi cordura. Me columpio en tu perfecta nariz, aterrizando en tus labios y aún no se con quien firmé algún pacto tan bueno para que seas tu quien me acompaña cada amanecer.
Ya terminó la pesadilla y ahora sabemos lo que pasaba. Solo queda permitirte soñar de nuevo con un futuro que nos enseñe a remendar almas. Traspasar la puerta que nos aleje del miedo, mantener la sonrisa cuando vengas las tormentas que intenten derribarnos. Ya casi son dos años preguntandome que he hecho para merecerme una sola de tus miradas y tu me has dado la respuesta esta mañana sin artícular ni una sola palabra.
Como siempre...

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cuando...

Y de nuevo volverás a brillar entre sus calles...
Volverás a sonreir en Stanted, de esa forma con la que saludas tu casa, y me harás sonreir de paso a mi al contemplarte tan contenta. De nuevo saldremos fuera y fumaré un cigarro mirando al horizonte, donde se mezclan cielo y tierra y los limites parecen tan difusos que no existen. Como los nuestros.
Otra vez cogeremos el Terravisión y  despertarás cuando lleguemos a tu barrio y ya que estamos mantendré mis ojos abiertos hasta que el Gran Ben nos salude con sus discos dorados volando por la ciudad. El Tamesis se asomará al encuentro, con su serpenteante mirar y su agua calmará una piedra que lleva mucho tiempo demasiado seca.
Entraremos en el laberinto maldito y bendito a la vez. Y bajaremos en Victoria. Los autobuses de dos pisos seguiran donde han estado siempre y tu volverás a ser feliz. Se iluminará en tu cara la chispa que solamente ese caos sabe encenderte. Me enamoraré otra vez de Sant James park, de tu mano, de la mano de Alex y como testigos las ardillas nos robaran la comida para sellar nuestros besos. Porque esta vez no hay que esconderse y no hay que pasar desapercibidos. El parque es nuestro, la ciudad también. 
Pasaran los días y la libertad se apoderará de nosotros. No habrá más incendios en nuestra vida y la fluidez nos embargará de una sensación que vale más que cualquiera de los tesoros de la reina. Me llamarás pijo, te llamaré canija y entre tes y copas rotas montaremos un pasado para entender un presente y construir el mejor de los futuros, si es contigo.

Candem esperará al fin de semana y los caballos fantasmas, relincharan de alegría al volver a verte. Alli estarán en sus puestos enanos, la china de siempre, detectando que realmente somos dos guiris más y ofreciendonos comida casi como una mamá, tenedor en mano, suplicandonos abrir la boca. "Plobád Plobád".  Mientras que en la planta de abajo, nos esperan entre estanterías cubiertas de polvo Virginia Woolf y Charles Dickens tomandose un té en los establos disfrazados de cafetería, donde tu amiga la galleta de Jengibre espera deseosa que regreses. Los mercados de ropa antigua maquillaran nuestra alma de colores y podremos sin más volver a ser nosotras.

Cuando caiga la noche y las luces de Picadilly amenicen los cantos extraños de aquel chico que es capaz de hacer mil instrumentos solo con la boca y el frio cale hasta los huesos y la lluvia nos inunde los pies. Cuando volvamos a echar de menos los carros de caballos, las risas de Jane o la mala ostia de tu hermana. Cuando me cuentes de tu vida alli, de tus sueños perdidos de la mano de aquel tio estúpido, cuando me digas lo sola que estuviste y yo te cuente lo mucho que te busqué. Cuando Hyde Park te regale los dos escasos rayos de sol que vas a ver en el próximo mes mientras te cobran 2 libras por sentarte una hora y aún asi las pagas con una sonrisa en la boca. Cuando nos montemos en el metro y comencemos a hablar bajito camuflandonos cuando veamos españoles para pasar desapercibidas. Cuando sientas ese puto nudo en la garganta de saberte en casa y cojas fuerte mi mano para saber que lo hemos conseguido, entonces, te diré, bajito en el oido.

Disfruta amor, disfruta de tu Londres.
James/Kaia.

domingo, 24 de julio de 2011

Dormir contigo
Y que un rayo de luz atraviese las cortinas
para enseñarme tu cara.
Y mi dicha comience ya de mañana,
cuando te tengo
descansando en mis brazos.
La magia de encontrarte rodeada de mi cuerpo
cuando abro los ojos y
te descubro tranquila en mi regazo.
Miles de hermosos sueños
tejen en tu cara un rostro tranquilo
que desafiando al sol muestra la mejor de las sonrisas
El día comienza, la noche termina
y la dicha colma entonces el resto.
Cuesta imaginarse un paraiso distinto
respirandote en mis despertares
fundiendome en el aire tibio que
deja tu ser en mi habitación
Y me pregunto de nuevo
¿Qué hice? ¿Por qué yo?

domingo, 10 de julio de 2011

Explotamos...
Ayer te hablaba de explotar y me has enseñado una vez más, una de esas lecciones de vida que tu solamente eres capaz de darme. Escondida en una de tus pestañas al parpadear. 
Ayer al acostarnos las cosas habían cambiado y yo deseaba ser tuya. No de la forma de siempre que no digo que no este bien, pero esta vez sin arrobas que alteraran el genero y el sentido de un polvazo perfecto y digno de historia. Me recosté sobre la cama y te susurre alguna cosa pervertida al oido que te puso a mil. De repente todo mi cuerpo era como una orquesta de placer que respondía a tus manos de directora. Y me sentí pequeña e indefensa. Perder el control era algo a lo que no estoy acostumbrada pero a lo que es fácil acostumbrarse si estoy bajo tu mando. Y lo hice, vaya que si lo perdí. 
Ayer, cuando estaba a punto de tocar el cielo bajo tus brazos entendí lo que significaba aquello y pequeña y sumisa me puse a llorar hundida en tu cuerpo, atrapada en tus caderas, a la luz de tus ojos y de mis piernas abiertas. Entendiendo lo mucho que hay entre las dos y lo estupidas que somos a veces.
Terminé eso si, como siempre. Con el deseo contenido mirandote y devorandote por la mañana. Mientras el sol salía por el este marcando Hellas, tu traías el fuego y el sur a mi cama. De nuevo era yo quien dirigía la orquesta de nuestros cuerpos amandose pero esta vez conocía la sensación de dejarse llevar por el maestro de la sala y ser solamente sentimiento y pasión sin control propio. El agua lo ponían nuestras gargantas contenidas y la tierra los miles de cantos rodados que eran testigos mudos ( o no ) de una noche digna de permanecer en nuestras memorias hasta el fin de nuestras vidas. Y más allá.
Gracias :)


sábado, 9 de julio de 2011

Aturdida te sientas enfrente de un teclado también mellado que parece casi reirte de ti. Aprender a enfrentarse al blanco de la pantalla consta de eso, lo sabes tan bien como yo y es una de nuestras mejores cartas ambas conocemos el vacio de no poderse dibujar con palabras cuando todo tu ser pide solo una cosa, ESCRIBIR.

Llevas casi dos horas preguntandote la forma de conseguirla, de esperarla, de buscarla. La echas de menos tanto como yo la echaba cuando te conocí a ti. Esa maldita y condenada inspiración hace lo que quiere con nosotras verdad? Y luego nos consideramos dueñas de nuestras vidas, compañera. Me rio yo de nuestro control! Y levanto mi copa brindando por ella y por las letras.

Es fácil, más fácil de lo que piensas. No lo busques fuera de ti. Permitete escribir sin ideas. Pon tus manos en esa extensión de ti a la que ahora miras. Deja que las palabras lleguen a tu mente. No busques ordenarlas, no hay mayor error que intentar parar la entropía que genera la creación, inundate del caos de tus ideas, deja que se cueza dentro de ti, deja que hiervan las letras que más tarden formaran perfectos párrafos llenos de chispas divinas. Pero ahora solo dibujate, dibuja tu caos, dibuja tu aire, dibuja tu fuego. Con palabras construye la NADA que dará paso a la creación, y fluye. Dejate fluir para explotar. No busques fuera de ti, mira dentro de los tabuladores que marca tu corazón al latir. No esperes que las letras vengan de ningún lugar, estan entre tus caderas y en tu forma de mirar. No busques palabras lejos de donde estas tu, tu ser mismo es la palabra convertida en acción. Perfecta y preciosa criatura capaz de contar las historias que navegan durante horas por las fantasías de los que somos dichosos de leerte, permitete por una vez, desordenar el folio en blanco que siempre rellenas y ser también algo imperfecto y loco, que da lugar a la imperiosa armonía que siempre marcan tus letras.

Te quiero.

domingo, 3 de julio de 2011

Llevo 10 minutos intentando bucear en un libro que habla sobre sacerdotisas y sobre mares. Ahora mismo si uno esas dos palabras, debe de ser que ando muy aburrida o muy enamorada, solo puedo pensar en ti y en tus ojos de mar. Y dirá la gente -qué locura! si tiene los ojos marrones!- y yo diré que hay azules que se quedan escondidos debajo de los años y que se disfrazan de marrones para no ser vistos, solo encontrados por las personas que sepan buscar el mar.
La cosa es que aún no se bien que voy a escribirte. Pero un fin de semana como este hay que cerrarlo con letras. No podía ser de otro modo. levanto mi mirada por encima del teclado y veo tus ojos recorriendo la máquina de escribir con luz y busco la inspiración, pero esta vez no termina de venir del todo.

Un año y medio ha dado para seis viajes, 3 paises, dos manifestaciones, un test de embarazo, un templo, dos rituales públicos y tantas, tantas, risas que hacen que las lágrimas se olviden. Hemos tenido una mala racha, que me había hecho perder casi todas las esperanzas de recuperarte, pero hemos salido. Si, quizás aun sea pronto para decirlo pero las palabras tienen poder y te lo digo bien claro muñeca -Hemos salido ;)- asi que ahora toca de nuevo olvidarse del teléfono, de las citas, quedan miles de mañanas pidiendole cinco minutos más a las sabanas. Queda cocinar juntas, ritualizar juntas, preparar los salones, JUNTAS. Queda tu risa y la aventura muggle, quedan tus celos y los mios y la absoluta certeza y seguridad de que deberiamos tratarnoslos. Queda el recuerdo turbio de las veces que hemos estado a punto de mandarlo todo a la puñeta y la forma absurda en que te tiemblan, me tiemblan, nos tiemblan los pies cuando intentamos salir corriendo de este sentimiento que nos empeñamos en llamar AMOR.
Quedamos nosotras, con nuestras broncas, con nuestros amaneceres, con los silencios y las pulsaciones del teclado de un ordenador marcando el ritmo que lleva nuestra vida. Y quedan miles de millones de hojas en blanco que rellenar, de historias y post sin inspiración, que solo buscan hacerte sonreir.
Te quiero, muñeca ;)

jueves, 30 de junio de 2011

Nuestro último viaje a Londres es el oasis en medio de mi desierto actual donde voy a beber agua, cuando la vida me cansa. Ni siquiera el último viaje a Hellas causa en mi tanta paz y tantas ganas de calmarme el corazón como lo hacen aquellos dias en la capital de Europa.
Que frio hacía, pero que dias tan deliciosamente vivibles.De todas las tardes me quedo con la primera. Tras hacer el checking, que nos echamos a dormir un rato y me desperté con el sonido de la lluvia en los cristales. Una enorme cama contigo como acompañante y un suelo enmoquetado que amortigua los ruidos de la mente haciendo que sonaran más suaves.

Que de recuerdos agolpandose en la cabeza, cuando tu cuerpo tibio se pego al mio y te dije de levantarnos. Que gustazo permitirse el lujo de decir, en aquel pais y de tu mano, no me levanto. Me quedo en la cama contigo. A tu lado princesa. Disfrutando del calor que solo pueden darnos el cielo encapotadamente gris de Londres y tu risa. Me deslizo en tu cuerpo, me quedo abrazada a ti como una lapa y te doy un beso "Sigue durmiendo" "Sigue durmiendo vida" y mi vida sigue durmiendo a mi lado, respirando tranquila el aire que más le gusta respirar y soñando con las calles llenas de gente que la esperan fuera de esas paredes. Y yo la acuno entre mis brazos, prometiendome a mi misma que será una semana fantástica y que te daré en esas calles todos los besos que te debo princesa, aquellos que llevan esperandonos más de 200 años...


lunes, 20 de junio de 2011

Buscame, encuentrame como siempre.
Tendida entre las sábanas de una cama que ya te pertenece, como cualquier parte de mi piel. Y de mi mente..
Encuentrame perdida en el abismo que encierran tus párpados cada vez que los cierras, cada vez que te pierdes en el sueño y yo me quedo prendida de ti, velando por tus sonrisas y por tus noches.
Rendida al ritmo que marcan tus piernas y colgada de la parte en que tu espalda se pierde.
Me evaporo en el momento en que tu lengua se adueña de mi cuello.Que también es tuyo ya. Los bucles de tu pelo se cuelan en mi sonrisa mientras pienso que pacto debí hacerle y a que Dios para que me otorgue la dicha de recorrerte cada noche al acostarme. Siento como se me acelera el pulso y como se liberan las ataduras de karmas que ya no me interesan, ni me importan. Que no hay presente, ni pasado, ni futuro cuando tu serpenteas mi cama, como la mejor de las criaturas divinas.
Hay que apagar la luz del pasillo, pero reniego de despegarme de tu cuerpo, ni siquiera un segundo del aire cálido que desprende tu piel y que me enseña a amar de nuevo, asi que que le den a la luz, que ya la apagaré mañana, además asi puedo ver tu cara mientras duermes. A mi lado, donde está tu sitio, donde está el mio. Siempre juntas pequeña y nadie más.


domingo, 19 de junio de 2011

Que dia....

Una mañana más que ni siquiera dormía. Tu voz adornaba el auricular de mi móvil que una noche más había trabajado horas extras para cubrir un amor separado por más de 300 kilometros. Desde que te fuiste habían pasado 15 dias que yo misma me había encargado de ir tachando poco a poco en el calendario del jueves que decoraba la entrada de mi casa, donde mis labios porfin tocaban tu cuerpo, con dos timidos besos y un abrazo.
"Esta es mía" me dices que dije, pero yo sinceramente no recuerdo nada más que tus ojos. Había pasado medio mes desde que decidiste como por arte de magia, colarte en mi vida. Quince días desde que por fin en uno de mis cruces encontraba a alguien que seguía el mismo rumbo. Reinventando el diccionario diste un nuevo sentido a la palabra compañera y me enseñaste que no eran tan malas las bifucarciones y que de la oscuridad también nace la luz.
Uno de mis mejores amigos vendría a buscarme para ir a recogerte. Por tonterias del destino y de la vida tu también le conocías, asi que la imagen era casi de película. Me habías llamado por última vez antes de embarcar "en una hora la tengo entre mis brazos" pensé para mis adentros cuando el teléfono me devolvía su monotono piiii piii piii. Una ducha rápida antes de salir, ya me había duchado por la mañana pero era la única forma de mantenerme más o menos tranquila y ahora toca arreglarse el pelo. Mi mejor amigo, disfrutaba burlandose de mis manos torpes en la plancha intentando alisar un pelo que jamás fué liso. Entonces recordé la primera vez que te vi dando vueltas por mi cuarto de baño y que te gustaba mi pelo. "Qué estúpida""Que hago fabricándomelo" y solté la plancha, me puse unos pantalones, me cogí una coleta y con todo lo que soy y todo lo que tengo, sin ningún aditivo más, me planté en barajas en el coche de mi amigo, con mi hijo que apenas comenzaba a andar. Cuando aparcamos, Dani siempre tan listo me dijo "Adios Dana, aqui te espero" y salté a la terminar, aterrizando justo en la puerta de salida de la sala 1, curiosamente en aquella puerta he pasado los nervios más grandes de mi vida. Cada vez que iba al aeropuerto a esperar a Take That esa puerta se abría y cerraba como un parpado gigante que me mostraba dentro la imagen de los cinco chicos más guapos del mundo. En esa puerta yo competía con miles de chicas para ser tocada, vista, hablada por los de Manchester. Esta vez no había 1000 fans, no había gente famosa, pero los nervios recogían el equipaje de 15 dias esperando. El máldito y bendito ojo gigante volvía a parpadear. La pantalla anunciaba tu vuelo ya en pista desde hace 15 minutos. Una mujer cercana me pregunto si esperaba a algún familiar. Ni siquiera me atrevía a llamarte novia "espero a una chica muy especial" le dije. Mi corazón se aceleraba cada vez que salía gente. Una vez, otra vez... hasta me cruce con algún famoso de esos de los programas del corazón. 

Abierto, cerrado, abierto, cerrado. Y yo miraba al ojo preguntándome porque siempre me hacía sufrir tanto. Unas treinta parpadeos despues, apareció entre las pestañas del ojo diabólico la chica más linda del mundo entero. Preciosamente normal, divinamente tu. Con tu pelo suelto, tu camiseta morada, con los hombros al descubierto y unos vaqueros que marcaban el culo más perfecto que jamás ha existido. Me quedé en shock. Tu no lo sabes, pero mis piernas temblaron y el corazón comenzo a dar saltos cual taquicardía. Mis manos se paralizaron y jodidamente tuve la misma sensación que tengo al comenzar a escribir algo. Ahi estabas, con tu sonrisa de perlas y tus manos siempre listas para abrazarme. Echaste a correr y pensé "esta loca" y me respondí a mi misma "Y yo por ella" y aceleré el paso y te abracé. No se si lo recuerdas pero lo primero que te dije fué "Ya está, ya estás conmigo, ya llegaste" Como si mi mente hubiera adivinado por su cuenta y riesgo que llevaba esperando tus brazos más de 200 años. Muñeca, muñeca linda y preciosa. Mis manos torpes acariciaban tu camiseta buscando la piel por la que cada noche me pierdo. Fuiste tu la valiente que se atrevió a besarme. Yo estaba tan nerviosa que me conformaba con compaginar mi respiración con la sensación de por fin tenerte en brazos. Y aquel beso me supo a gloria y ya no hubo más besos de nadie. Te agarré la mano o me la agarraste tu, quien sabe como fué. Y comenzamos a andar. Si hubieramos sabido el significado de ese paso hubieramos parado un poco a disfrutarlo. El resto de la tarde, tengo el recuerdo de un sueño vivido de esos que jamás olvidarás. No entiendo porque marzo de repente cobró tanta luz si aqui los Marzos son frios y nublados y además recuerdo que aquel dia a la noche, la lluvia hizo acto de presencia. Que sentido tiene ahora por cierto la lluvia, marcando nuestra primera noche juntas, será para que no echaramos de menos la melancolía de la isla de las casas grises o será simplemente para que las rocas tengan agua donde germinar vida, quien sabe. 
La casa vacia de Dani, nuestro primer beso. Tu voz en mi oido susurrando "Te quiero" y haciendo que el resto de los sonidos carecieran de sentido. Mi hijo viendo la escena y abrazandote lleno de sonrisas. El eco y la luz de aquella jodida casa que jamás volvió a ser la misma. El paseo por el lago, las piedras blancas y las cuevas. Mi mano y la tuya juntas. Me acuerdo no echar de menos a nadie y preguntarme como habias conseguido llevarte todo el dolor que anidaba en mi corazón. De repente no me importaba nada más que tu vida y la mía alineadas hacia un mismo destino. Te brillaban los ojos tal y como te brillan ahora y yo me sentía la mujer más dichosa de la faz de la tierra. Terminamos aquel día en casa, trás haber ido a comer con Liz y Dani, en nuestra cama. Cerrando la puerta y disfrutando el momento con el que llevabamos soñando 15 dias. Por fin solas, por fin las dos. Y lo demás, ya es otra historia :)
Te amo.

domingo, 29 de mayo de 2011

Otra vez tu, entre mis letras.

Vienes buscando mis brazos y yo los mantengo fuertes. Incluso cuando oírte respirar así hace que se consuma el oxigeno que entra por mis pulmones, que te daría sin pensar si me los pidieras ahora mismo. Te duermes de nuevo en la cama de siempre donde hemos construido tantos sueños juntas y vuelven las pesadillas, tu cuerpo tiembla y yo trato de despertarte sin sobresaltarte más. Saltas dentro de mi abrazo y te susurro al oído votos que jamás pronuncie ante nadie. Te siento tan cerca de mi, tan parte de mi que me pregunto de quien habrá sido la maravillosa idea de separarnos en dos cuerpos. Recuerdo las tiradas, recuerdo los últimos días y me digo a mi misma -al carajo- ¿de que valen tiradas buenas y días buenos si no hay nada que llenase el corazón?. Y mirarte así, entre mis múltiples yos abrazándote hace que me sienta volver a casa.

El día entra por la ventana, después de despertarte 3 o 4 veces, por fin consigues dormir y esta vez parece que nadie turba tu tranquilidad. Y yo guardiana de tus sueños, me quedo contemplando como los rayos de sol bendicen tu cara de ángel, por la ventana, acarician tu piel de diminuta ninfa haciéndote aún más preciosa. Me duele la cabeza, el cuello me esta destrozando pero me duermo sonriendo a lo que eres, a la tremenda mujer que tengo entre mis brazos. Cierro los ojos mientras saboreo tu olor una vez más entre mis sabanas, mientras me juro a mi misma que jamás te dejaré tirada, que lucharé por ser la mejor persona del mundo para ti, para nuestra familia  y para nuestros Dioses y que me dejaré la vida en el camino para ganarme el honor de estar a tu lado, cariño mio, porque si tu no eres, no entiendo quien es.

Kaia. 

lunes, 7 de marzo de 2011

Buceando...

Imagino, imagino, imagino otras épocas, otras vidas. Tu que te cuelas entre recuerdos perdidos tras la muerte y que atraviesas las barreras del mismo tiempo y del espacio y de la nada.Tu, espartana que levantas a tu familia sola, preservando el honor de un marido caido por defenderos, un soldado que te adoraba más que la sangre que corría por sus venas, una digna compañera de batallas que juró no olvidar nunca y no lo hizo. Eterno.
Te disfrazas también de sacerdotisa poderosa, busca el hueco perfecto para hacerte señora de mi cama y convertir al soldado en una niña pequeña y temorosa que solo confia en tus ojos y en tus manos para recorrer el camino que una Diosa con forma de estrella eligió para ella. Me quemas y te quemo y siempre eres mi perdición, famosa, brillante. Eterna.
Mil momentos a los que no sabemos poner nombres, incluso en nuestro propio pais, a las faldas de un Mediterraneo que siempre nos reclama. Adoras a la diosa de fertilidad y yo, defiendo tu fe, con mi propia vida, con mi propia sangre y con la fuerza que le dan a mis manos tu amor, Altea. Siempre eterna.
Y la joya de la corona, la reina, la más profunda historia de amor que nos define y nos acompaña. Un sueño dulce y tierno que se transformó en pesadilla cuando te perdí. Que esta vez me tocó a mi decirte adios, soltar tus manos y dejarte ir, para que me enseñaras el dolor de una muerte prematura que me robó la cordura, que hizo enloquecer y volver la tierra en fuego, mi niña de aire, mi espiritu eterno, mi piedra viviente.El pilar de mis vidas.
Recorro mi Axis Mundi, para buscarte entre mis recuerdos, compañera, por tantas vidas caminando a la par, saltando baches y fosas y tu, que piensas a veces que eres una opción cuando no hay opciones entre tu y yo, cuando eres la única que consigue que un dia gris tenga sol y que un papel en blanco tenga letras.
Te amo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Aquella tarde fué eterna. El pasillo franqueado por retratos antiguos de todos los familiares de los que tenían rastro acompañaba sus pasos. El suelo de moqueta gris amortiguaba los golpes de zapatos que marcaban el compás de sus pasos. Una vez, otra vez, asi como si de una danza se tratase. Con la mano apoyada en la barbilla y la otra en la pipa, repitiendo el movimiento una y otra vez. Era incapaz de aguantar los nervios. A media tarde, presa casi de un ataque de locura viendo como el reloj le había echado un pulso al tiempo, decidió salir a montar a caballo. Akiles, su fiel caballo español negro se había portado como un campeón, cabalgando al trote durante casi 1 hora y media. Aquella sensación de velocidad le daba fuerza sobre el tiempo. Aquel paso firme y bravo de su compañero de caminos lo hacía a el mismo volar sobre las manecillas de un reloj que se retrasaba demasiado. Tan relativo el tiempo y los humanos tan dispuestos siempre a medirlo. Pero volvamos al pasillo. Aquel que lo atrapaba ahora y lo asfixiaba. Las maderas de la casa, antigua como el viejo Londres que ocupaba rechinaban su paseo igual que una melodía siniestra. Dos ojos color mar, color Egeo inundaban ahora sus pensamientos.
-Pequeña-murmuraba casi para si.
Tres pasos más. Uno, dos y tres.
-Pequeña mía....
Recordo aquel viejo colgante, con forma de estrella que le había regalado. Como un loco fue a buscarlo a uno de los cajones de su escritorio, rezando porque su madre no lo hubiera cambiado de lugar. Se sorprendió a si mismo buscando a dios pero por ella cualquier paso era válido.
-Aqui está!-Lo tomó estrechandolo en sus manos, sentado en aquella cama que tantas veces había compartido con la niña más bonita que habían tocado sus manos jamás. Recordo aquellas manos pequeñas y poderosas desabrochandolo de su pequeño cuello, para ponerlo en el suyo. Delicadamente, como todo lo que hacía Galena.

Un milagro hizo que las lágrimas que estaba a punto de soltar al mundo se transformaran en el ruido de caballos aparcando en la puerta. Aquella campana sonó en sus oidos como un coro de angeles celestiales. Incluso el aire cambió de densidad.

Trotó como Akiles hace unas horas por el campo y saltó las escaleras que separaban las habitaciones del Hall de tres en tres, esquivo a su ama de llaves, Mary, que lo miraba con ojos asustados meneando la cabeza de esa forma que solo pueden permitirse hacer las mujeres de cierta edad con mucho mundo y muchos consejos que dar. Por fin, alcanzó la puerta. Abrió el pomo. Tres hombres del gobierno, con un indulto. Un indulto que salvaría ni más ni menos que a 3 personas, entre ellas el mismo. La imagen era casi cómica. James era conocido en toda la ciudad por ser uno de los hijos de los hombres más ricos de la época. De comportamiento intachable, con algun que otro escarceo amoroso y algunas apariciones en público con una señorita que parecía una dama desconocida en la alta sociedad británica. Aquel perfecto hijo adoptivo de Inglaterra, había abierto la puerta con cara de loco esquizofrénico y con una sonrisa de oreja a oreja. Ni siquiera pensó en que debería firmar un papel, cogiendo el sobre y cerrando la puerta en las narices de los funcionarios que esperaban en la puerta su garabato atestiguando asi la entrega.

-Galena! Preciosa! Eres libre!

Din Don. James de nuevo abre  la puerta, firma el recibo de entregado y cierra sin decir ni media palabra. Galena lleva presa 23 dias. Su salud no daría para mucho más. Prepara el carro con los dos mejores caballos de su finca, dos pura sangre que costarón más que toda su estancia en la universidad de Oxford. El carro de caballos de siempre, el de la tapicería hortera que tanto la hace reir. De por el fuera, la buscaría a caballo como un principe de cuento que va a rescatar a su princesa. Pero no está muy seguro de que su niña pudiera aguantar la vuelta. Asi que mejor que vaya recogida y caliente en el trayecto.

La agonía del trayecto se le atasca en la garganta. Las ruedas repican en el suelo londines recordandole lo mucho que odia aquel pais siempre amargo y siempre triste y como echa de menos el Egeo y sus gentes, donde un trato asi es tan impensable. Alli aún no se le tiene miedo a las antiguas enseñanzas. ¿Que más daba eso ahora? De nuevo enciende la pipa y cuenta en minutos lo que le queda para llegar al condado donde la mujer de su vida espera, sin saber que va.

Un viejo castillo se ve a las afueras de una pequeña población, el conductor del carro Tomas, indica al señor por la ventana que estan a punto de llegar, tras más de una hora de recorrido.
-¿Desea el señor que lo espere aqui en la puerta?
-Si Tomas, esperame en la puerta y por favor preguntale a las gentes del pueblo donde está el médico más cercano, vamos a necesitarlo.
Tomas que no sabe tan siquiera porque estan alli, hace lo propio. James salta del carro y corre hasta que el corazón le pincha en el pecho y llega a la puerta. Con el papel en mano. Con el corazón en la mano también.
-Abrid la puerta, sentencia!
-¿Quien lo manda?- grita un viejo cura, de aspecto frio y hostil.
-Sir James McDouglas, Lord de Inglaterra, traigo un indulto para Lucy Stonefield.
La puerta chirría y suena a victoria. Suena a batalla ganada -Esta vez no, pequeña, esta vez no van a poder con nosotros, aguanta un poco más- dice para si.
-¿Donde está? le grita al cura, nervioso, con aires de superioridad, controlando el fuego que nota como sube por los pies y derrite la tierra que tanto trabajo le costó dominar.
-¿Me da la documentación?
James se la estampa en la cara, practicamente.
-¿Donde está?-pregunta en modo inquisitorio.
El cura respira hondo. Mira hacia otro lado, buscando palabras que a James le sobran. Siente que está a punto de reventar, siente que si ese barril de cerveza y vino no le dice donde esta Galena no tendrá oportunidad de decir nada más en su misera vida. Pero aún asi se contiene, dejandolo hablar.
-Señor Douglas, acabo de pasar por la celda de esta chica. No, no está bien...
No pudo terminar la frase, James le quitó el papel y lo estampó contra la pared. Cogiendolo de la sotana y levantandolo en el aire como si se tratase de un penacho de nada, sin peso más que el de sus mentiras.
-Padre...padre ¿Como se llama usted Padre?, da igual, su nombre no importa. No he preguntado como está he preguntado ¿Donde está? Y tenga usted por bien entender que si Lucy no sale con vida de estan Santa Institución, usted, señor poseedor de la verdad se encontrará muy pronto con su redentor.
Ahogado por el puño de James y la presión que este ejercía contra la pared balbuceo de casi sin respirar.
-Adhhgl foojjdo deh l l a sala deh ljjj aj virjjeeh.
James lo soltó sin mostrar un minimo arrepentimiento por su conducta.
-Carcelero! Carcelero! Fue llamando a voces mientras llegaba a la sala de la Virgen María. Limpia de pecado, pensaba para si. Y sus ojos de nuevo clavandose desde arriba.
-Un personaje digno de cuento de Dickens apareció por el fondo del pasillo. Mientras se escuchaba al cura al fondo del pasillo, gritar a voces, que abriera la puerta con premura.

Desde fuera ni siquiera se la distinguía. 23 dias habian hecho que su cuerpo quedara reducido a la nada aunque seguía manteniendo los dulces rasgos de su cara. El suelo estaba encharcado y el hielo de algunas zonas congelo el corazón de James que luchaba por mantener la calma y no quemar aquel maldito lugar.
-Largo de aqui, hijos de....-ordenó al cura y al carcelero que miraban desde fuera.
Se quito la capa, la capa negra que tantas veces había servido de lecho para ellos en aquellas tardes de Agosto en Hyde Park.  Los dos espectadores, miraban asustados desde atras.
-Largo de aqui, no teneis derecho a volver mirarla tan siquiera, mal...
Cuando echo la capa sobre su cuerpo, aquel vestido de gasa se percató de que no respiraba. O al menos no movía ni uno de los músculos que cumplían esa función. Y de repente el tiempo se paró. Y todo dejo de tener sentido. Y James gritó tanto que helo las almas de todos los presentes, incluso la del carcelero de novela de terror que miraba atónito a un hombre a punto de convertirse en un monstruo.
-No! Cariño! No! Princesa! No!-decía aún sin llorar mientras la envolvía en su manta de lana de oveja. Lucy, no reaccionaba. Permanecia inerte como una muñeca sin vida, acurrucada entre los brazos de su hombre que gritaba desesperado pidiendo su vuelta.
-No me hagas esto princesa, no...- termino de susurrar en su oido, besando la parte de la cara que tanto le gustaba. Las lágrimas brotaron de sus ojos sin casi darse cuenta. La tierra por fin era regada por el agua después de tanto tiempo. El fuego estaba apagado, solo había agua. Todo el agua que se había llevado Galena con sus ojos de mar, al cerrarlos.
Tapo su rostro con la capa y la elevó sin esfuerzo, la cargo como en los cuentos, la sacaría de alli y la enterraría en el panteón familiar, la velaría cada día de su vida. Las lágrimas no paraban de brotar de sus ojos, ni siquiera quería gritar. Ni siquiera quería matar. Con ella muerta nada tenía sentido. Tanta magia para nada. Tanto poder para nada. Y alli el mago, el señor, se sentía más impotente que nunca ante un giro que no esperaba. Un guiño de la parca que le dejaba sin futuro y sin nada en lo que creer.
El primer paso fue dificil de dar, asumir que Galena estaba muerta sería muy distinto. Cuando, sucedió el milagro. Una brazo fragil, de piel nivea como las nubes en un cielo azul resurgió de la capa para acariciar la cara de James mojada por las lágrimas. James sintió la mano pensando que la pena estaba haciendolo delirar. Entonces la escuchó, dentro de su capa, como si fuera un bebe llorando tras nacer. Llorar. Bajo la tela y vió los ojos más bonitos que ha visto nunca.
-¿De verdad has venido a por mi? ¿De verdad eres tu?-susurraba incredula Galena creyendo haber muerto y estar en los campos Elisios de su padre.
James sonrió, rio a carcajadas. La apretó contra si, con cuidado de no dañarla y la beso. Y volvió a llorar esta vez de felicidad, sintiendo la sangre latir por el cuerpo que ahora tenía entre sus brazos. Lloró como un niño, cuando las manos frágiles y fuertes de su mujer acariciaban su rostro mientras le agradecía su rescate. La miraba embelesado sin dejar de sujetarla. Y sin parar de andar. Salir de alli era su máxima prioridad. Ya vendría más tarde a ajustar cuentas por todo el infierno que Galena hubiera sufrido alli dentro, pero ahora la prioridad era la preciosidad de ojos de mar que llevaba en brazos.
Tomas siempre fiel a su señor, había conseguido no solo la dirección si no un médico esperando dentro del coche de caballos. Galena no sabía a donde iban, no le importaba. El hambre había nublado sus sentidos hace ya más de 10 dias. Pensaba estupida que debía parecer un esqueleto andante y que no era forma de presentarse ante Cloud. Tocó su tripa. Helena seguía ahí dentro. Aún no se movía pero seguía viva, sus facultades psiquicas se lo confirmaban, la energía de su hija la mantenía a ella misma con vida pues tenía que nacer. Claro que tenía que nacer, era fruto del amor más puro y limpio que ha creado la historia de la humanidad. James la colocó suavemente en el carro de caballos de siempre. Si hubiera tenido fuerzas para hablar habría bromeado acerca de lo poco que le gustaba a su madre que montaran en ese carro. El médico atendió a Galena, James mandó a Tomas a comprar algo de comida caliente al primer pub de la esquina. Tomas cumplió su deber y trajo algo de leche caliente y un gran pedazo de pan recien sacado de un horno cercano con algo de queso. Galena, devoró la comida haciendo caso omiso a sus modales. Y James, o Cloud, su Cloud la miraba aun llorando por cada uno de los soplos de vida que nacían en su pecho. Cuando el médico se fue, dió orden al cochero de ir a su casa.

Se sentó en el sillón y acomodó a Galena entre sus brazos, besandola dulcemente, tarareando alguna canción en el oido, dejando que sus lágrimas bañaran todos los dias de sufrimiento que había pasado en aquel calabozo. La encerró entre sus brazos y su pecho, formando una coraza indestructible que nunca debería haberse roto, ni debería haber fallado. Sus manos se cruzaban y Galena, no quería abrir los ojos por miedo a despertar.
El coche paró. Y Cloud la tomo de nuevo en brazos, Galena dormía. El médico había dado esperanzas muy buenas, solo estaba desnutrida, tenía que dormir y comer y cuidar de ella. Que no pasara frío, imprescindible. Era realmente un milagro que Galena no estuviera muerta, con todos los problemas de salud que tenía. La cargó en brazos sin esfuerzo, haciendo de sus manos una cuna, una cama, un capazo, donde nada ni nadie podría tocarla.
El ama de llaves abrió la puerta y doce médicos y enfermeras estaban esperandolos. Sus padres, al lado de la escalera los recibían con todos los honores prestados. Una de las criadas empezó a aplaudir, cuando la puerta se cerró tras ellos.
James miró a su madre. Sin soltar a Galena ni un solo minuto.
-Mamá, esta viva. Está viva. Mamá, gracias.
La madre lo miró con dulzura. Asintiendo con la cabeza en señal de aprobación y sonriendole con cariño.
-Hijo, subela arriba. Nadie os molestará más. La cama está vestida con las mejores ropas y ahora mismo os suben miel y leche caliente- dijo mirando al padre esperando su aprobación.
-Esta todo dispuesto hijo mio. sube con tu mujer y cuidala.

Galena, la amarga Galena, volvia a llorar en los brazos de su marido otra vez, aquello si que era un sueño. Los señores Douglas aprobando su relación -¿De verdad estaban en casa de James?- pensaba para si misma. Debía estar muriendose y todo aquello ser producto de su mente moribunda que la engañaba para que el paso a la otra vida fuera más fácil.

Cloud, cargó con ella, la pusó sobre la cama con una dulzura extrema. Echo las cortinas y encendió velas para dar algo de luz. La cocinera trajo leche caliente y miel que Galena tomó con agrado. Ninguno de los dos hablaba, solo se miraban. Y lloraban y se tocaban. Como si no se creyeran la dicha de tenerse otra vez. Habian sido 23 dias muy largos y 23 noches descendiendo a los infiernos de la Kore para ahora saborear el cálido regreso a los brazos de Demeter. Cloud mismo la ayudo a asearse, le dió uno de los mejores camisones de su madre y se tumbó con ella en la cama, con la boca en el oido de su chica, respirando despacio y saboreando su olor. Olor a vida. Olor a piedra, olor a amor.
-Galena, te amo.
-Cloud. me too.

jueves, 24 de febrero de 2011

Unas letras más.

Hace ya un año, que mi alma tranquila cada noche, te espera en la cama, haciendo de mis brazos y mi pecho un refugio para protegerte del mundo normal que amenaza con entrar en nuestra trinchera, mi valiente guerrillera.
Hace ya un año, que corro presa de tus labios, ante el movimiento penetrante de tus caderas y atravieso la noche, siendo a la vez, montura y caballo, jinete y pecado.
Hace un año que te busco, por las mañanas en el café, que me despierta los sentidos dormidos por la falta de sueño, callados por el recorrido que tus besos comienzan siempre en mi oreja y pasean como una serpiente roja en mi cuello. Y me elevan y te elevan, hacia el cielo.
Hace ya un año que el ansia de devorarte, corrompe a la dama que se supone llevo dentro, que tus letras dibujan en las mías, poemas repetitivos y cansados pero llenos de silencios que expresan, lo inexpresable, la locura de tu cuerpo y el mio de noche pariendo versos que se estampan siempre en mis papeles en blanco y dibujan con tu pelo, lo que tantas veces perdí y me cuentas en el viento...
Que eres tu quien provoca la agonía de querer arrancarme la piel cada vez que nos encontramos en los cruces de la noche, que atraviesan el pecado de tenerte y saberte tan mía, como nadie, como nunca se ha escrito en ninguna de esas historias de amor azucarado que aparecen en los libros. 
Hace un año que me encontré en la caída de tus ojos siempre pendientes de los mios, de tus manos siempre firmes, de tu pecho siempre abierto, de tus piernas que provocan los espasmos de una locura infinita, que no me apetece que termine jamás.
Por eso princesa, por cada uno de los amaneceres que contigo he caminado me arrodillo hoy ante ti y te entrego, algo más que un corazón cansado. Te entrego la promesa de un siempre, la locura de un jamás, la divina tormenta que atraviesa mi pecho cuando tus labios recorren mi espalda y te beso y me besas.
Y me pierdo...
Te quiero, felicidades.

miércoles, 23 de febrero de 2011

...

Eclipsadas bajo una montaña de cosas por hacer, a ratos me sorprendo de que aún tengamos ganas de mirarnos a los ojos. Han sido dos meses duros, de cuadrar cosas incuadrables y de buscar tiempo para seguir caminando pie con pie en nuestra vida mundana y normal
Dentro de  tres días se celebra el aniversario del proyecto de nuestras vidas. Del camino que nos puso a las dos con el mismo destino y bajo el mismo mando. Compañera de mis dias y de mis noches, guardiana fiel de mi espalda. Eterna vigía de mi sonrisa ¿Crees que me he olvidado de que día es el sabado?
Fantaseo con el momento a veces, imagino un ritual perfecto, unas sacerdotisas cansadas y una cena estupenda donde hace un año descubrí que eras la mujer más sexy del mundo, incluso comiendose una hamburguesa. Después entrar por mi casa y que esta vez no pases frio en ninguna cama, pues tu ya no eres una invitada en esta humilde morada. Y mirarte a los ojos y simplemente, decirte "Gracias". Y después, abrazarnos tanto que no quede ni un milimetro de aire entre tu cuerpo y el mio y bailar al compas de dos corazones que laten a la par desde hace un año...
Un año, compañera... cuando todo era tan dificil, cuando disfrazamos nuestro amor de amor sagrado, sin sexo ;), cuando las dos ni siquiera sabiamos como ibamos a hacer que durara, pero lo hariamos. Sin fuerzas o con ellas.
Valiente sacerdotisa la que un día dió un portazo a una vida perfecta, de cuento, para salirse del camino marcado y coger la senda que aparentemente tiene menos luz. Valiente niña la que me esperaba en el chat, cada mañana aquel mes de Marzo mientras la boca dolía por sonreir tanto. Y nos pitaban los coches, y nos gastamos lo ingastable en telefono y autobuses. Y ahora...
Ahora solo me queda, echar la vista atrás, a sabiendas que seran muchos los años que recordaremos aquellos quince días como los más especiales de nuestras vidas, aunque siempre esten debajo de rituales, gente, devociones y hermanos que ponen a esto la sal que a veces nosotras no encontramos.
Por ti, Por Hekate, Por el Templo, Por el portazo, Por lo que me haces sentir.
Gracias, compañera, gracias.

domingo, 20 de febrero de 2011

Gracias.

Gracias,
Por cada vez que levantas la copa en un ritual en mi nombre y en el nombre de quien soy dentro de un ritual mágico. Por cada guiño y cada piedra luna que sale de tu boca para hacerla nuestra.
Gracias
Por tus mañanas, por tus tostadas, por el cafe siempre recien hecho. Por las risas que pones en la vida de una sacerdotisa a veces cansada de caminar sola. Por estar siempre cuando miro al otro lado del camino. Por lo mucho que me haces valer.
Gracias
Por tus letras, por cada una de las frases que construyes para mi. Por tus adjetivos, siempre amables, por no medir las palabras cuando discutimos, por medirlas también, por Vereda, por Quintaesencia, por tus blogs, por el encaje de bolillos que hace que cada vez que hables de coser me ponga a pensar en tus caderas, por devolverme la pluma y el papel y ser a veces la pantalla en blanco donde deshago mi alma para encontrarme de nuevo.
Gracias
Por tu pelo, por tu piel, por tus ojos mirandome dandome el agua que me falta, por tus manos siempre firmes, por tus pies que nunca huyen y siempre responden a las trincheras de la vida. Por tu boca, que recorre mi cuerpo y se funde en la mía y construye susurros que me hacen olvidarme de quien soy y solo pensar en fundirme en ti. Por tus caderas, de serpiente, que insinuan y perviente los movimientos en su punto justo para volverme loca, una vez más.
Gracias,
Por tus caricias, por tus silencios, por tus palabras.
Te amo.

domingo, 13 de febrero de 2011

Feliz día del amor :P

Tu boca entreabierta, el sonido de tu respiración agitada. Tu cuerpo apoyado en mis brazos mientras sin más te entregas a la búsqueda del placer. Mi boca no encuentra la forma de poner un stop entre mi lengua y tu piel. Mi pelo suelto, recorre tu barriga, mientras yo me hundo en el rincón que forman tu pelo y tu cuello. Me muevo, me agito, Y ni siquiera me estás tocando pero cada caricia que te hago, produce placer en mi. Me centro en tus pechos, mientras no paro de moverme, ahi abajo.
Y al final, explotas. Al final exploto contigo, al final no necesito ni tocarme, porque hacer el amor contigo cobra dimensiones desconocidas y literales. Y te duermes, entre mis brazos, murmurando sueños sobre tartas de queso con elefantes y viajes de hace dos mil años a Hellas.

Te amo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Una llamada nos desespera a las dos, tu madre parece ser que esta enfadada contigo otra vez. Los enfados aumentan desde que saben que eres lesbiana. Soportas el chaparrón de la mejor manera que conoces, atrapas tus lágrimas y respiras. Me recriminas que no soy capaz de reconocerte hacer nada bien. Estamos a menos de un mes de nuestro aniversario, nuestro año, nuestro idilio de amor. No se como acercarme a ti y abrazarte lentamente, acurrucarte en mis brazos y decirte que no pasa nada. Que es tu madre, que pronto pasará la tormenta. Que no hay madre que no entienda que su hija es feliz.
Te quiero guapa, ojalá encontrara la forma de contarte, lo que siento hoy. Como me siento. Pero en vez de acercarme a ti, me separo yo también. Me da pánico verte sufrir y pensar que es por mi culpa. Odio sentirme el centro de tu pesadilla y la culpable de tus males. Ojalá pudiera convertirme en lo normal para ti. Y para tus padres.
Ojalá encuentre la forma durante el día, de mirarte y de saberte cerca de mi, como siempre ha sido.
Te amo 

miércoles, 2 de febrero de 2011

Mercadona :D

Y siguen los días felices...

Llevamos todo el día en la calle, haciendo cosas que nos gustan como pasear, sin más. Con mi hijo, de tu mano, jugando en el McDonald, contigo, ya casi te quiere tanto como a mi. Pero no más de lo que te quiero yo :-)
Me he tomado estos 3 días, hasta comenzar de nuevo, para ti. Para tu risa, para tus pasos, para tus ganas. Para tus mimos y tus caricias. Cada noche, me peleo con el tiempo para que pase más rápido mientras estoy entre tus brazos. Cada día doy gracias a Hékate por la risa que ha plantado en todos mis caminos, la tuya. 
Ha sido uno de los días más divertidos de mi vida, con la tontería de ir de a comprar. No me acuerdo absolutamente ni de una de las cosas que me has recomendado en el super, porque estaba jodidamente embobada entre tus risas y tus ojos. Nunca pensé que ir al super podría ser tan divertido, pero tu lo haces todo fácil y distinto. Este verano casi cometo la locura de perderte y no volverá a pasar, voy a currarme y a cuidar de esto, cada día, en casa paso, cada tarde muggle en el supermercado entre productos de Mercadona y lo divino que es cruzarse con tu mirada.

Te amo.


martes, 1 de febrero de 2011

Con la nariz entre tus ojos...

Me acuerdo de aquel finde, de lo jodidamente mal que lo pasé, de como rallé a todo el mundo y de coger el billete de ida y vuelta para ti y para mi desde Valencia. De los muchos días que me pasé esperando al teléfono que me dijeras que volvías a casa mientras que miraba a la pared, buscando tu silueta por mi casa una vez más.
Ese fin de semana, te vi escabulliendote entre cosas creadas para pintarme el mundo de rosa. Y me enamoré de tus sombras de nuevo, por ser tan iguales a las mias. Es increible lo mucho que puedo llegar a conocerme a mi misma viendote actuar a ti. Lo mucho que puedo acercarme cuando estás completamente encerrada en ti y lanzarte mi mano para sacarte de ahi, cuando tu quieras. Cuando lo necesites. Incluso un año después, o dos o 10. Nunca harás nada los suficientemente grave para que no te perdone, tu ahora eres mi vida. Y protegeré lo nuestro como el mayor de los regalos. Te amo.

lunes, 31 de enero de 2011

;)

Hoy quiero hablarte de tus letras, de mis letras. De lo mucho que me encanta escribir cada una de las cosas que vives conmigo, que cuentas conmigo. De lo inevitable de quererte y de buscarte en los rincones más oscuros de mi vida. Queriendote asi, queriendome asi. Me deslizo entre las comas de tus frases para seguir enamorandome de ti...

Te miro al lado de mi, doblando folios en blanco, haciendo libretas y pienso que no hay nadie que me complemente más que tu. Y tus manos siempre creadoras, que ahora no contentas con llenar mi vida de letras, las llenas de páginas en blanco, que rellenar. Y me pregunto quien te ha mandado hacer, asi tan para mi, a medida. Como si fueras un invento de algún Dios que ha decidido por fin, que no camine sola nunca más. 

Un día más, hacia nuestro primer año, ya no queda nada y vas a ver tu la sorpresa que te tengo preparada. 
:)

domingo, 30 de enero de 2011

Todo el día contigo, hermosa. Brillando más que cualquiera de las farolas que iluminan la calle lluviosa por la que paseamos. Vuelas con la perra de Jesús, ríes y tu risa salta por las esquinas y retumba en las paredes, llenando todo el hueco de música...
Te quiero, eres tan parte de mi vida, de mi camino y de mis sueños que hoy por hoy no me imagino con nadie más recorriendo este sendero. Me paso el día pensando en encontrarte de noche en mi cama y abrazarte tan fuerte que no haya nada más entre tu y yo que nuestra piel.
Hoy no hay nada especial que decirte, solo la maravillosa cotidianidad.
Quédate conmigo, preciosa.

sábado, 29 de enero de 2011

Terminal 1

Una vez más camino al aeropuerto, a recoger o a dejar a alguien, está vez siempre de la mano y sin prisas, que de esas ya hemos tenido suficiente. Muertas de sueño, de frio y con el corazón lleno de risas trás una noche estupenda nos acurrucamos en un asiento de un bus repleto de gente pasiva y muerta de sueño y frio también. Ese mismo bus, donde nos hemos sentado tantas veces...

Cuando entro en la terminal 1, no puedo evitar acordarme del Dani de entonces, de mi hijo en su coche. De mi cara de miedo, en el espejo retrovisor sabiendo que a la vuelta habría una persona más en aquel asiento trasero. De dejar a mi hijo dibujando pentáculos mientras me iba a buscarte.
¿Recuerdas los nervios? ¿Recuerdas mi última llamada?
"Ahora, por fin nos vemos, guapa, te quiero"
Y el corazón latiendo más fuerte que el motor de 20 Ferraris juntos.
Si cierro los ojos y los aprieto fuerte, me acuerdo de aquella puerta abriendose y cerrandose. Como un reloj. Tantas veces que estuve alli esperando a Take That y esa vez si hubiese salido Mark Owen de aquella puerta no le hubiera hecho ni caso. Detrás, habría una princesita que me interesaba más. Y por fin, tu cara. Aquella que me había esforzado por traer en movimiento a mi cabeza durante esos málditos 15 dias que estuviste alejada de mi. Tu boca, que tantos deseos tenía de probar y la curva de tu cadera, aquella misma que me conquistó en el baño de mi casa, mientras te desnudabas de forma disimulada fingiendo que mis ojos no te importaban...

Y llegó el beso, menos mal, que te decidiste. Porque si no a saber, cuanto hubiera tardado yo en besarte, tan preciosa que venías que no me atrevía a tocarte, no vaya a ser que fueras un sueño que se rompiera en el acto.
Hoy fuimos a por tu amiga. Irene. Aquella que conozco por tus letras antes de conocerte a ti, incluso. Y me sentí tan terriblemente completa a tu lado, que no se me ocurre nadie mejor con quien ir al aeropuerto, a por todos los amigos que me encuentre en esta vida. 

¿Me acompañas?

viernes, 28 de enero de 2011

Un viernes más....

Hoy que queda justo un mes para que se cumpla un año desde el día que te fuiste por primera vez de esta casa, que ahora es tuya. Voy a hacerte un regalo especial. No se cuanto tiempo vas a tardar en leer esta entrada, pero te prometo una entrada por día, este donde este y como esté hasta el día de nuestro aniversario, el 27 de Febrero, que te diré la sorpresa que te tengo preparada. 

Te miro de nuevo de lejos, a menos de una hora para que la gente llegue a casa, siento como ya las dos no somos Dana y Raquel, si no las sacerdotisas que guardan la energía del altar de Hékate. La misma Diosa que nos unió hace un año casi ya. Siento como nuestra energía se cierra y somos compañeras de camino. Y no me importa. Estás seca, arisca y alemana y se que debajo de esa máquina que funciona a la perfección como el mejor de los cuarzos atlantes de tu maravillosa caja de piedras, esta tu corazón, esta mi sitio, está mi casa. Que más da que en menos de una hora, llegue gente a casa y no volvamos a estar solas hasta mmmm el lunes o el martes, si pasará el tiempo tan rápido como siempre y tus brazos me acunaran durmamos donde durmamos.
Así que me voy a comprar las últimas cosas para el ritual, esperando que leas este post entre medias y te encuentres una vez más con esta torpe pluma que intenta escribirte el sentimiento más perfecto y profundo que he sentido por alguien jamás, la forma que tengo de amarte.

Te quiero.

jueves, 27 de enero de 2011

Camina

Una taza de te, rojo siempre, reposa en la mesa del salón. El niño está jugando en el ordenador y David mete códigos de forma impetuosa en el suyo. La casa, que siempre rebosa vida, está nerviosa y vibra por los rincones, desde que tu llegaste.
Casi sin darme cuenta ignoro los ruidos de la habitación y vuelo a la cocina contigo, donde tu dulce voz canta a la par que Ismael Serrano, una de sus canciones, aquella que siempre te canto en el oído cuando suena y que es tan tuya y tan mía como el aire que respiramos.
Ha sido una mala racha, que termina. Me quedo contigo. Me quedo contigo y te sigo a donde vayas, compañera. Hoy soy yo quien te dice, que afines la brújula y dejes tus pasos sueltos y libres, que no vas sola. Que no hay orden, ni desorden que me separe de tus labios, ni de los brazos de Alex. Ni del berrinche de David cuando una vez más el perro se nos ha colado en el cuarto y le ha hecho alguna de sus trastadas.
Anda, camina, compañera, que me quedo a tu lado. Que me quedo con tus cafés, que eres tu quien me hace ser mejor persona cada día, que me bendices con tus caricias, que eres tu quien me eleva y me acerca más al UNO, al Dos y a la Diosa. Que mi fuego se descontrola por mucho que lo canalice cuando acercas tus caderas a mis labios....
Compañera, ni somos muggles, ni lo seremos, pero quiero que seas tu en quien piense cuando me despierto y cuando me acuesto. Quiero que sea tu risa la que me saque del trance cuando busque misterios perdidos y quiero ir, contigo de la mano, tras la antorcha de nuestra Señora. 
Compañera, echa a andar, que yo te sigo y si no puedo, te espero en casa, con la cama caliente. Con un te sobre la mesa y con 1473 cartas para ti, cada una con tu nombre, cada letra buscando tus caricias, cada párrafo deshaciéndose en lo mucho que puedo llegar a echarte de menos. 
"Y si no se cumplen, cuando despertemos, con la luz del día ya veremos lo que hacemos" Te amo.