viernes, 25 de octubre de 2013

Pintando de colores mi vida.
Como siempre. Asi como el papel que pintas ahora mismo, con tus colores nuevos y relucientes. Recuerdas los primeros lápices que te compre? Recuerdas como brillaban en su caja de metal y como de uno en uno los sacabas una y otra vez para mirarlos? Como los colocabas en fila en el suelo, con la punta en el mismo lugar, casi como si fueran militares que formaran. Eran los colores más bonitos de tu barrio, aunque el azul intentaba hacerle competencia a la inocencia de tus ojos, de niña de 8
años eran imposible las comparaciones, no había nada más sincero en todo Londres que el agua que sostenía tu mirada.
Me obligue a mi mismo a mantenerme cerca de ti, en cada paso de tu vida. Asi que aquella caja de metal, llena de lápices llego a tu lado sin tu saber de donde llegaba. Yo me paseaba, constantemente por la escuela de los pequeños aspirantes a magos sin que tu pensaras que aquel señor, que creías un angel sentía como toda su vida se ponía patas arriba cuando te miraba. Ni siquiera era nada nombrable por aquella época me limitaba a cuidarte y a saberte bien.
Fuiste creciendo y siempre conservaste aquella caja vieja de colores. Ibas a la papelería y comprabas lápices sueltos que ibas cambiando por los que se iban gastando. La caja se había rallado, pintado y hasta abollado un par de veces pero te resistías a cambiarla. Siempre la consideraste un regalo de los Dioses y yo me quedaba callado en una esquina del salón de la casa que había comprado para ti. Te miraba con las piernas arriba y tus 21 años y pensaba que se me había colado una niña pequeña en casa, mi niña pequeña. Con su caja de lápices inagotables que se rellenaban una y otra vez. Tu siempre te preguntaste quien te había regalado aquella caja de colores con la que coloreaste las húmedas y sucias calles de Whitechapel y yo siempre me pregunté que había hecho yo para merecerte, cosas de la vida.

domingo, 25 de diciembre de 2011

El aire temblado llena de tibio amanecer tus despertares, los mios también que dichosa yo, me levanto cada día a tu costado, sacrificando dias que me reconcilian con un mundo que hace mucho tiempo di por perdido. Tu, tan pequeña eres la razón de querer ser grande, donde reposa mi alma para tomar fuerzas. Tu, mi pequeña, tu.
Cuanto te ha costado saberte dueña de la cama en la que ahora reinas, cuanto tiempo ha pasado para encajar las piezas de un puzzle que ya sabíamos montar. Y de nuevo me sorprendo aqui, abriendo la caja donde guardamos los sueños con la misma sonrisa pícara de hace unos años. Me muerdo la lengua para no contarte lo que viene y que te cojan las sorpresas en la próxima esquina mientras son tus curvas las que despisten mi cordura. Me columpio en tu perfecta nariz, aterrizando en tus labios y aún no se con quien firmé algún pacto tan bueno para que seas tu quien me acompaña cada amanecer.
Ya terminó la pesadilla y ahora sabemos lo que pasaba. Solo queda permitirte soñar de nuevo con un futuro que nos enseñe a remendar almas. Traspasar la puerta que nos aleje del miedo, mantener la sonrisa cuando vengas las tormentas que intenten derribarnos. Ya casi son dos años preguntandome que he hecho para merecerme una sola de tus miradas y tu me has dado la respuesta esta mañana sin artícular ni una sola palabra.
Como siempre...

lunes, 5 de diciembre de 2011

Cuando...

Y de nuevo volverás a brillar entre sus calles...
Volverás a sonreir en Stanted, de esa forma con la que saludas tu casa, y me harás sonreir de paso a mi al contemplarte tan contenta. De nuevo saldremos fuera y fumaré un cigarro mirando al horizonte, donde se mezclan cielo y tierra y los limites parecen tan difusos que no existen. Como los nuestros.
Otra vez cogeremos el Terravisión y  despertarás cuando lleguemos a tu barrio y ya que estamos mantendré mis ojos abiertos hasta que el Gran Ben nos salude con sus discos dorados volando por la ciudad. El Tamesis se asomará al encuentro, con su serpenteante mirar y su agua calmará una piedra que lleva mucho tiempo demasiado seca.
Entraremos en el laberinto maldito y bendito a la vez. Y bajaremos en Victoria. Los autobuses de dos pisos seguiran donde han estado siempre y tu volverás a ser feliz. Se iluminará en tu cara la chispa que solamente ese caos sabe encenderte. Me enamoraré otra vez de Sant James park, de tu mano, de la mano de Alex y como testigos las ardillas nos robaran la comida para sellar nuestros besos. Porque esta vez no hay que esconderse y no hay que pasar desapercibidos. El parque es nuestro, la ciudad también. 
Pasaran los días y la libertad se apoderará de nosotros. No habrá más incendios en nuestra vida y la fluidez nos embargará de una sensación que vale más que cualquiera de los tesoros de la reina. Me llamarás pijo, te llamaré canija y entre tes y copas rotas montaremos un pasado para entender un presente y construir el mejor de los futuros, si es contigo.

Candem esperará al fin de semana y los caballos fantasmas, relincharan de alegría al volver a verte. Alli estarán en sus puestos enanos, la china de siempre, detectando que realmente somos dos guiris más y ofreciendonos comida casi como una mamá, tenedor en mano, suplicandonos abrir la boca. "Plobád Plobád".  Mientras que en la planta de abajo, nos esperan entre estanterías cubiertas de polvo Virginia Woolf y Charles Dickens tomandose un té en los establos disfrazados de cafetería, donde tu amiga la galleta de Jengibre espera deseosa que regreses. Los mercados de ropa antigua maquillaran nuestra alma de colores y podremos sin más volver a ser nosotras.

Cuando caiga la noche y las luces de Picadilly amenicen los cantos extraños de aquel chico que es capaz de hacer mil instrumentos solo con la boca y el frio cale hasta los huesos y la lluvia nos inunde los pies. Cuando volvamos a echar de menos los carros de caballos, las risas de Jane o la mala ostia de tu hermana. Cuando me cuentes de tu vida alli, de tus sueños perdidos de la mano de aquel tio estúpido, cuando me digas lo sola que estuviste y yo te cuente lo mucho que te busqué. Cuando Hyde Park te regale los dos escasos rayos de sol que vas a ver en el próximo mes mientras te cobran 2 libras por sentarte una hora y aún asi las pagas con una sonrisa en la boca. Cuando nos montemos en el metro y comencemos a hablar bajito camuflandonos cuando veamos españoles para pasar desapercibidas. Cuando sientas ese puto nudo en la garganta de saberte en casa y cojas fuerte mi mano para saber que lo hemos conseguido, entonces, te diré, bajito en el oido.

Disfruta amor, disfruta de tu Londres.
James/Kaia.

domingo, 24 de julio de 2011

Dormir contigo
Y que un rayo de luz atraviese las cortinas
para enseñarme tu cara.
Y mi dicha comience ya de mañana,
cuando te tengo
descansando en mis brazos.
La magia de encontrarte rodeada de mi cuerpo
cuando abro los ojos y
te descubro tranquila en mi regazo.
Miles de hermosos sueños
tejen en tu cara un rostro tranquilo
que desafiando al sol muestra la mejor de las sonrisas
El día comienza, la noche termina
y la dicha colma entonces el resto.
Cuesta imaginarse un paraiso distinto
respirandote en mis despertares
fundiendome en el aire tibio que
deja tu ser en mi habitación
Y me pregunto de nuevo
¿Qué hice? ¿Por qué yo?

domingo, 10 de julio de 2011

Explotamos...
Ayer te hablaba de explotar y me has enseñado una vez más, una de esas lecciones de vida que tu solamente eres capaz de darme. Escondida en una de tus pestañas al parpadear. 
Ayer al acostarnos las cosas habían cambiado y yo deseaba ser tuya. No de la forma de siempre que no digo que no este bien, pero esta vez sin arrobas que alteraran el genero y el sentido de un polvazo perfecto y digno de historia. Me recosté sobre la cama y te susurre alguna cosa pervertida al oido que te puso a mil. De repente todo mi cuerpo era como una orquesta de placer que respondía a tus manos de directora. Y me sentí pequeña e indefensa. Perder el control era algo a lo que no estoy acostumbrada pero a lo que es fácil acostumbrarse si estoy bajo tu mando. Y lo hice, vaya que si lo perdí. 
Ayer, cuando estaba a punto de tocar el cielo bajo tus brazos entendí lo que significaba aquello y pequeña y sumisa me puse a llorar hundida en tu cuerpo, atrapada en tus caderas, a la luz de tus ojos y de mis piernas abiertas. Entendiendo lo mucho que hay entre las dos y lo estupidas que somos a veces.
Terminé eso si, como siempre. Con el deseo contenido mirandote y devorandote por la mañana. Mientras el sol salía por el este marcando Hellas, tu traías el fuego y el sur a mi cama. De nuevo era yo quien dirigía la orquesta de nuestros cuerpos amandose pero esta vez conocía la sensación de dejarse llevar por el maestro de la sala y ser solamente sentimiento y pasión sin control propio. El agua lo ponían nuestras gargantas contenidas y la tierra los miles de cantos rodados que eran testigos mudos ( o no ) de una noche digna de permanecer en nuestras memorias hasta el fin de nuestras vidas. Y más allá.
Gracias :)


sábado, 9 de julio de 2011

Aturdida te sientas enfrente de un teclado también mellado que parece casi reirte de ti. Aprender a enfrentarse al blanco de la pantalla consta de eso, lo sabes tan bien como yo y es una de nuestras mejores cartas ambas conocemos el vacio de no poderse dibujar con palabras cuando todo tu ser pide solo una cosa, ESCRIBIR.

Llevas casi dos horas preguntandote la forma de conseguirla, de esperarla, de buscarla. La echas de menos tanto como yo la echaba cuando te conocí a ti. Esa maldita y condenada inspiración hace lo que quiere con nosotras verdad? Y luego nos consideramos dueñas de nuestras vidas, compañera. Me rio yo de nuestro control! Y levanto mi copa brindando por ella y por las letras.

Es fácil, más fácil de lo que piensas. No lo busques fuera de ti. Permitete escribir sin ideas. Pon tus manos en esa extensión de ti a la que ahora miras. Deja que las palabras lleguen a tu mente. No busques ordenarlas, no hay mayor error que intentar parar la entropía que genera la creación, inundate del caos de tus ideas, deja que se cueza dentro de ti, deja que hiervan las letras que más tarden formaran perfectos párrafos llenos de chispas divinas. Pero ahora solo dibujate, dibuja tu caos, dibuja tu aire, dibuja tu fuego. Con palabras construye la NADA que dará paso a la creación, y fluye. Dejate fluir para explotar. No busques fuera de ti, mira dentro de los tabuladores que marca tu corazón al latir. No esperes que las letras vengan de ningún lugar, estan entre tus caderas y en tu forma de mirar. No busques palabras lejos de donde estas tu, tu ser mismo es la palabra convertida en acción. Perfecta y preciosa criatura capaz de contar las historias que navegan durante horas por las fantasías de los que somos dichosos de leerte, permitete por una vez, desordenar el folio en blanco que siempre rellenas y ser también algo imperfecto y loco, que da lugar a la imperiosa armonía que siempre marcan tus letras.

Te quiero.

domingo, 3 de julio de 2011

Llevo 10 minutos intentando bucear en un libro que habla sobre sacerdotisas y sobre mares. Ahora mismo si uno esas dos palabras, debe de ser que ando muy aburrida o muy enamorada, solo puedo pensar en ti y en tus ojos de mar. Y dirá la gente -qué locura! si tiene los ojos marrones!- y yo diré que hay azules que se quedan escondidos debajo de los años y que se disfrazan de marrones para no ser vistos, solo encontrados por las personas que sepan buscar el mar.
La cosa es que aún no se bien que voy a escribirte. Pero un fin de semana como este hay que cerrarlo con letras. No podía ser de otro modo. levanto mi mirada por encima del teclado y veo tus ojos recorriendo la máquina de escribir con luz y busco la inspiración, pero esta vez no termina de venir del todo.

Un año y medio ha dado para seis viajes, 3 paises, dos manifestaciones, un test de embarazo, un templo, dos rituales públicos y tantas, tantas, risas que hacen que las lágrimas se olviden. Hemos tenido una mala racha, que me había hecho perder casi todas las esperanzas de recuperarte, pero hemos salido. Si, quizás aun sea pronto para decirlo pero las palabras tienen poder y te lo digo bien claro muñeca -Hemos salido ;)- asi que ahora toca de nuevo olvidarse del teléfono, de las citas, quedan miles de mañanas pidiendole cinco minutos más a las sabanas. Queda cocinar juntas, ritualizar juntas, preparar los salones, JUNTAS. Queda tu risa y la aventura muggle, quedan tus celos y los mios y la absoluta certeza y seguridad de que deberiamos tratarnoslos. Queda el recuerdo turbio de las veces que hemos estado a punto de mandarlo todo a la puñeta y la forma absurda en que te tiemblan, me tiemblan, nos tiemblan los pies cuando intentamos salir corriendo de este sentimiento que nos empeñamos en llamar AMOR.
Quedamos nosotras, con nuestras broncas, con nuestros amaneceres, con los silencios y las pulsaciones del teclado de un ordenador marcando el ritmo que lleva nuestra vida. Y quedan miles de millones de hojas en blanco que rellenar, de historias y post sin inspiración, que solo buscan hacerte sonreir.
Te quiero, muñeca ;)