lunes, 31 de enero de 2011

;)

Hoy quiero hablarte de tus letras, de mis letras. De lo mucho que me encanta escribir cada una de las cosas que vives conmigo, que cuentas conmigo. De lo inevitable de quererte y de buscarte en los rincones más oscuros de mi vida. Queriendote asi, queriendome asi. Me deslizo entre las comas de tus frases para seguir enamorandome de ti...

Te miro al lado de mi, doblando folios en blanco, haciendo libretas y pienso que no hay nadie que me complemente más que tu. Y tus manos siempre creadoras, que ahora no contentas con llenar mi vida de letras, las llenas de páginas en blanco, que rellenar. Y me pregunto quien te ha mandado hacer, asi tan para mi, a medida. Como si fueras un invento de algún Dios que ha decidido por fin, que no camine sola nunca más. 

Un día más, hacia nuestro primer año, ya no queda nada y vas a ver tu la sorpresa que te tengo preparada. 
:)

domingo, 30 de enero de 2011

Todo el día contigo, hermosa. Brillando más que cualquiera de las farolas que iluminan la calle lluviosa por la que paseamos. Vuelas con la perra de Jesús, ríes y tu risa salta por las esquinas y retumba en las paredes, llenando todo el hueco de música...
Te quiero, eres tan parte de mi vida, de mi camino y de mis sueños que hoy por hoy no me imagino con nadie más recorriendo este sendero. Me paso el día pensando en encontrarte de noche en mi cama y abrazarte tan fuerte que no haya nada más entre tu y yo que nuestra piel.
Hoy no hay nada especial que decirte, solo la maravillosa cotidianidad.
Quédate conmigo, preciosa.

sábado, 29 de enero de 2011

Terminal 1

Una vez más camino al aeropuerto, a recoger o a dejar a alguien, está vez siempre de la mano y sin prisas, que de esas ya hemos tenido suficiente. Muertas de sueño, de frio y con el corazón lleno de risas trás una noche estupenda nos acurrucamos en un asiento de un bus repleto de gente pasiva y muerta de sueño y frio también. Ese mismo bus, donde nos hemos sentado tantas veces...

Cuando entro en la terminal 1, no puedo evitar acordarme del Dani de entonces, de mi hijo en su coche. De mi cara de miedo, en el espejo retrovisor sabiendo que a la vuelta habría una persona más en aquel asiento trasero. De dejar a mi hijo dibujando pentáculos mientras me iba a buscarte.
¿Recuerdas los nervios? ¿Recuerdas mi última llamada?
"Ahora, por fin nos vemos, guapa, te quiero"
Y el corazón latiendo más fuerte que el motor de 20 Ferraris juntos.
Si cierro los ojos y los aprieto fuerte, me acuerdo de aquella puerta abriendose y cerrandose. Como un reloj. Tantas veces que estuve alli esperando a Take That y esa vez si hubiese salido Mark Owen de aquella puerta no le hubiera hecho ni caso. Detrás, habría una princesita que me interesaba más. Y por fin, tu cara. Aquella que me había esforzado por traer en movimiento a mi cabeza durante esos málditos 15 dias que estuviste alejada de mi. Tu boca, que tantos deseos tenía de probar y la curva de tu cadera, aquella misma que me conquistó en el baño de mi casa, mientras te desnudabas de forma disimulada fingiendo que mis ojos no te importaban...

Y llegó el beso, menos mal, que te decidiste. Porque si no a saber, cuanto hubiera tardado yo en besarte, tan preciosa que venías que no me atrevía a tocarte, no vaya a ser que fueras un sueño que se rompiera en el acto.
Hoy fuimos a por tu amiga. Irene. Aquella que conozco por tus letras antes de conocerte a ti, incluso. Y me sentí tan terriblemente completa a tu lado, que no se me ocurre nadie mejor con quien ir al aeropuerto, a por todos los amigos que me encuentre en esta vida. 

¿Me acompañas?

viernes, 28 de enero de 2011

Un viernes más....

Hoy que queda justo un mes para que se cumpla un año desde el día que te fuiste por primera vez de esta casa, que ahora es tuya. Voy a hacerte un regalo especial. No se cuanto tiempo vas a tardar en leer esta entrada, pero te prometo una entrada por día, este donde este y como esté hasta el día de nuestro aniversario, el 27 de Febrero, que te diré la sorpresa que te tengo preparada. 

Te miro de nuevo de lejos, a menos de una hora para que la gente llegue a casa, siento como ya las dos no somos Dana y Raquel, si no las sacerdotisas que guardan la energía del altar de Hékate. La misma Diosa que nos unió hace un año casi ya. Siento como nuestra energía se cierra y somos compañeras de camino. Y no me importa. Estás seca, arisca y alemana y se que debajo de esa máquina que funciona a la perfección como el mejor de los cuarzos atlantes de tu maravillosa caja de piedras, esta tu corazón, esta mi sitio, está mi casa. Que más da que en menos de una hora, llegue gente a casa y no volvamos a estar solas hasta mmmm el lunes o el martes, si pasará el tiempo tan rápido como siempre y tus brazos me acunaran durmamos donde durmamos.
Así que me voy a comprar las últimas cosas para el ritual, esperando que leas este post entre medias y te encuentres una vez más con esta torpe pluma que intenta escribirte el sentimiento más perfecto y profundo que he sentido por alguien jamás, la forma que tengo de amarte.

Te quiero.

jueves, 27 de enero de 2011

Camina

Una taza de te, rojo siempre, reposa en la mesa del salón. El niño está jugando en el ordenador y David mete códigos de forma impetuosa en el suyo. La casa, que siempre rebosa vida, está nerviosa y vibra por los rincones, desde que tu llegaste.
Casi sin darme cuenta ignoro los ruidos de la habitación y vuelo a la cocina contigo, donde tu dulce voz canta a la par que Ismael Serrano, una de sus canciones, aquella que siempre te canto en el oído cuando suena y que es tan tuya y tan mía como el aire que respiramos.
Ha sido una mala racha, que termina. Me quedo contigo. Me quedo contigo y te sigo a donde vayas, compañera. Hoy soy yo quien te dice, que afines la brújula y dejes tus pasos sueltos y libres, que no vas sola. Que no hay orden, ni desorden que me separe de tus labios, ni de los brazos de Alex. Ni del berrinche de David cuando una vez más el perro se nos ha colado en el cuarto y le ha hecho alguna de sus trastadas.
Anda, camina, compañera, que me quedo a tu lado. Que me quedo con tus cafés, que eres tu quien me hace ser mejor persona cada día, que me bendices con tus caricias, que eres tu quien me eleva y me acerca más al UNO, al Dos y a la Diosa. Que mi fuego se descontrola por mucho que lo canalice cuando acercas tus caderas a mis labios....
Compañera, ni somos muggles, ni lo seremos, pero quiero que seas tu en quien piense cuando me despierto y cuando me acuesto. Quiero que sea tu risa la que me saque del trance cuando busque misterios perdidos y quiero ir, contigo de la mano, tras la antorcha de nuestra Señora. 
Compañera, echa a andar, que yo te sigo y si no puedo, te espero en casa, con la cama caliente. Con un te sobre la mesa y con 1473 cartas para ti, cada una con tu nombre, cada letra buscando tus caricias, cada párrafo deshaciéndose en lo mucho que puedo llegar a echarte de menos. 
"Y si no se cumplen, cuando despertemos, con la luz del día ya veremos lo que hacemos" Te amo.