martes, 7 de diciembre de 2010

Desvariaciones

Dos mil cuerpos distintos, dos mil vidas de experiencias y sensaciones que se funden en el estrecho camino de tu cuerpo y el mio a punto de unirse.
Explotar. Cada vez que toco tu cuerpo desnudo mis manos tiemblan. Mi piel se eriza. Mi estomago desaparece y mi corazón baila al son que marcan tus gemidos.
Esos que me hacen preguntarme si he hecho el amor alguna vez antes que contigo.

Que más da como te llames ahora, que más da cuanto pese tu cuerpo, que cadera uses o como sean tus ojos. Mis manos no acarician ningún cuerpo en esas noches en que sentimos que ni siquiera existe la cama en la que nos apoyamos. ¿Donde están las barreras? ¿Donde las promesas?

Y miras mi brazo tatuado y no entiendes que no hay nombres tuyos porque no se encontrar ninguno que resuma lo que siento por ti. Camina despacio pequeña por cada uno de los huecos de mi cuerpo que nadie ha besado y recreate en lo que siempre será tuyo. MI ALMA. 

Ahora entiendo porque amar duele, ahora entiendo que te reviente el corazón que cargado de sentimientos no entiende las arterias que lo delimitan. Como tu ser necesita todo mi cuerpo para buscarme y expandirse a otros planos más allá de nuestras conciencias.

Escribeme, niña de las estrellas, cuentame como me deseas de forma lírica y pausada, como solo tu sabes hacerlo. Dame tu espalda y deja que entrene mi pluma en ella. Corrige mis errores con tu lengua y convierte mi tripa en el borrador de tu orgasmos. Y luego hazme el amor en verso o folla conmigo en prosa. Desvirtua cada uno de mis rincones para darle el toque divino de tus letras.

Y no pongas el punto y final, azul, que no existe. Entre nosotras no.
Solo esto...