jueves, 24 de febrero de 2011

Unas letras más.

Hace ya un año, que mi alma tranquila cada noche, te espera en la cama, haciendo de mis brazos y mi pecho un refugio para protegerte del mundo normal que amenaza con entrar en nuestra trinchera, mi valiente guerrillera.
Hace ya un año, que corro presa de tus labios, ante el movimiento penetrante de tus caderas y atravieso la noche, siendo a la vez, montura y caballo, jinete y pecado.
Hace un año que te busco, por las mañanas en el café, que me despierta los sentidos dormidos por la falta de sueño, callados por el recorrido que tus besos comienzan siempre en mi oreja y pasean como una serpiente roja en mi cuello. Y me elevan y te elevan, hacia el cielo.
Hace ya un año que el ansia de devorarte, corrompe a la dama que se supone llevo dentro, que tus letras dibujan en las mías, poemas repetitivos y cansados pero llenos de silencios que expresan, lo inexpresable, la locura de tu cuerpo y el mio de noche pariendo versos que se estampan siempre en mis papeles en blanco y dibujan con tu pelo, lo que tantas veces perdí y me cuentas en el viento...
Que eres tu quien provoca la agonía de querer arrancarme la piel cada vez que nos encontramos en los cruces de la noche, que atraviesan el pecado de tenerte y saberte tan mía, como nadie, como nunca se ha escrito en ninguna de esas historias de amor azucarado que aparecen en los libros. 
Hace un año que me encontré en la caída de tus ojos siempre pendientes de los mios, de tus manos siempre firmes, de tu pecho siempre abierto, de tus piernas que provocan los espasmos de una locura infinita, que no me apetece que termine jamás.
Por eso princesa, por cada uno de los amaneceres que contigo he caminado me arrodillo hoy ante ti y te entrego, algo más que un corazón cansado. Te entrego la promesa de un siempre, la locura de un jamás, la divina tormenta que atraviesa mi pecho cuando tus labios recorren mi espalda y te beso y me besas.
Y me pierdo...
Te quiero, felicidades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario