El placer de no tenerte

E imaginarte, dulce musa que nunca del todo te vas...
El placer de no escucharte y soñar con tu voz, como si no hubiera mas melodias que entonar.
El placer de no sentirte a mi lado para traer a mi mente el dulce aroma de tu piel...
Y sentir que me derrito de deseo, tirada en un sofá, donde tantas veces te he tenido y ahora te imagino.
El saber que te deseo, sin tenerte, sin tocarte, pero volviendome loca por cada poro de tu piel.
Hoy no has estado en casa y vivo pendiente de la puerta y de que se abra
Y sin darme cuenta he aprendido a amar la soledad que me separa de tu risa, esa que me hace valorarla mas.
Me siento a esperarte dormida en la curva de tu cuello, esa que tanto me gusta.
Esperando que vuelvas, siempre.