Me pasa siempre que conozco a alguien importante en mi vida, que tengo cierta tendencia a evitar hablar con el.
Me pasó con Sara, mi amiga de la infancia, que en su momento me pasé meses sin responder a ninguna de las llamadas que hacía después de esas colonias de verano, donde nos conocimos.
Me pasó con Rubén, que fueron meses y meses de solo mails, porque el teléfono siempre daba sin cobertura o a mi no me daba tiempo a pillarlo.
Me pasó con David, ahí más por motivos técnicos que por otra cosa, pero localizarme es imposible.
Con Lizian me pasé incluso 2 meses sin pasar por ninguna kedada.
Contigo, fiel a mi tonta tradición no provocada de no hablarle a las personas importantes al comienzo de mi camino con ellas, pasaron varios días de llamadas hasta que conseguiste dar conmigo...
-¿Existes? -Me preguntabas como si no te creyeras que era real ( que cosas, cuantas veces me has dicho después ¿quien eres? )
-Existo, existo, te respondí yo. (Existo por ti, para ti, por nosotras ).
Todo el día pasó hasta que por al noche, aparecieras con Abel por la puerta de mi casa.
Y recuerdo abrir la puerta y verte a ti, ahí detrás.
(Que guapa)
(Que jodidamente guapa)
Abrazarte fue tan fácil como difícil no perderme en tus ojos.
(Que ojos)
Empezaste a dar vueltas por mi casa y a hablar nerviosamente. Llenando los silencios. Y ya, apenas 10 min después de conocerte, sabia que hablar para llenar los silencios es algo que teníamos en común ( Debe ser que a todos los aficionados a la pluma, nos da miedo los espacios en blanco, la afición de llenar de letras y letras las cosas )
La pizza barbacoa, las primeras risas...
Las ganas de abrazarte cuando temblabas en mi portal.
Salir pitando a urgencias y darte autorización para oficiar en mi altar (Loca, loca, loca, pero por ti, por nadie más )
La mañana siguiente...
Tu en el baño desnuda, mientras mis manos corrían hacia tu piel y mi mente las frenaba
en el tren, mis manos en tu cuello...
Darme cuenta de que solo estabas tu, que Abel y Liz habían pasado a otro plano lejos de lo que supone tenerte a mi lado.
Me pasó con Sara, mi amiga de la infancia, que en su momento me pasé meses sin responder a ninguna de las llamadas que hacía después de esas colonias de verano, donde nos conocimos.
Me pasó con Rubén, que fueron meses y meses de solo mails, porque el teléfono siempre daba sin cobertura o a mi no me daba tiempo a pillarlo.
Me pasó con David, ahí más por motivos técnicos que por otra cosa, pero localizarme es imposible.
Con Lizian me pasé incluso 2 meses sin pasar por ninguna kedada.
Contigo, fiel a mi tonta tradición no provocada de no hablarle a las personas importantes al comienzo de mi camino con ellas, pasaron varios días de llamadas hasta que conseguiste dar conmigo...
-¿Existes? -Me preguntabas como si no te creyeras que era real ( que cosas, cuantas veces me has dicho después ¿quien eres? )
-Existo, existo, te respondí yo. (Existo por ti, para ti, por nosotras ).
Todo el día pasó hasta que por al noche, aparecieras con Abel por la puerta de mi casa.
Y recuerdo abrir la puerta y verte a ti, ahí detrás.
(Que guapa)
(Que jodidamente guapa)
Abrazarte fue tan fácil como difícil no perderme en tus ojos.
(Que ojos)
Empezaste a dar vueltas por mi casa y a hablar nerviosamente. Llenando los silencios. Y ya, apenas 10 min después de conocerte, sabia que hablar para llenar los silencios es algo que teníamos en común ( Debe ser que a todos los aficionados a la pluma, nos da miedo los espacios en blanco, la afición de llenar de letras y letras las cosas )
La pizza barbacoa, las primeras risas...
Las ganas de abrazarte cuando temblabas en mi portal.
Salir pitando a urgencias y darte autorización para oficiar en mi altar (Loca, loca, loca, pero por ti, por nadie más )
La mañana siguiente...
Tu en el baño desnuda, mientras mis manos corrían hacia tu piel y mi mente las frenaba
en el tren, mis manos en tu cuello...
Darme cuenta de que solo estabas tu, que Abel y Liz habían pasado a otro plano lejos de lo que supone tenerte a mi lado.
El salón de Hekate, buscarte con la mirada. Saberte ahí cerca, saber que la mirabas con los mismos ojos que la miraba yo.
¿Cuantas veces, te miré intentando ver en ti a la tipeja rara del foro?
No lo sé...
Me sorprendí a mi misma dándole forma a un te quiero cuando te saludé al final del salón.
El McDonald, la vuelta a casa...
El Domingo de locos
Tu carita linda, poniéndose roja cuando Andrea te dijo lo que las dos queríamos gritar.
La primera vez que te vi hablar con Juan Pedro.
tus primeras lágrimas...
Mis primeros celos
Tu delante del altar, diciéndome que volverías.
Yo convenciéndome a mi misma de que no me podías gustar, que yo ya estaba enamorada.
La mañana del lunes, primera despedida
El cielo gris (O no lo estaba? No se, que más da, yo lo recuerdo gris)
Yo obligándome a mi misma a sentarme en la mesa y no moverme mientras te ibas, porque si me levantaba, te besaría y la liaríamos, porque tu tenias novio...
Dos lágrimas saliendo de mis ojos, cuando me mandaste la foto del periódico.
Ese fue nuestro primer fin de semana amor...
Que se transformo en lo que somos y por lo que estamos luchando ahora. Esas fueron las piezas del puzzle encajándose poco a poco.
Aun recuerdo ese martes loco, mirando el movil y deseando que me llamaras
O el corazón dándome un vuelco cuando apareciste por el messenger.
Recuerdas el amor sagrado?
No somos novias pq esto es mucho más?
Que idiotas, y que idiota me sentí cuando me sorprendí a mi misma llamándote "mi chica".
Y que bonito es quererte, esperarte, entenderte, sorprenderte, despertarte, violarte ( seh, no pega entre tanto verbo ñoño, pero es para rebajar el grado de glucosa del texto ;))seducirte, cantarte, escribirte, soñarte, recordarte, acariciarte, consolarte y amarte....
Amarte siempre.
Porque tu eres de esas personas importantes, a las que no les cojo el teléfono, pero se ganan sitios de honor en mi corazón.
Y de momento, tienes la parcela más grande, preciosa mía.
Te amo :)
¿Cuantas veces, te miré intentando ver en ti a la tipeja rara del foro?
No lo sé...
Me sorprendí a mi misma dándole forma a un te quiero cuando te saludé al final del salón.
El McDonald, la vuelta a casa...
El Domingo de locos
Tu carita linda, poniéndose roja cuando Andrea te dijo lo que las dos queríamos gritar.
La primera vez que te vi hablar con Juan Pedro.
tus primeras lágrimas...
Mis primeros celos
Tu delante del altar, diciéndome que volverías.
Yo convenciéndome a mi misma de que no me podías gustar, que yo ya estaba enamorada.
La mañana del lunes, primera despedida
El cielo gris (O no lo estaba? No se, que más da, yo lo recuerdo gris)
Yo obligándome a mi misma a sentarme en la mesa y no moverme mientras te ibas, porque si me levantaba, te besaría y la liaríamos, porque tu tenias novio...
Dos lágrimas saliendo de mis ojos, cuando me mandaste la foto del periódico.
Ese fue nuestro primer fin de semana amor...
Que se transformo en lo que somos y por lo que estamos luchando ahora. Esas fueron las piezas del puzzle encajándose poco a poco.
Aun recuerdo ese martes loco, mirando el movil y deseando que me llamaras
O el corazón dándome un vuelco cuando apareciste por el messenger.
Recuerdas el amor sagrado?
No somos novias pq esto es mucho más?
Que idiotas, y que idiota me sentí cuando me sorprendí a mi misma llamándote "mi chica".
Y que bonito es quererte, esperarte, entenderte, sorprenderte, despertarte, violarte ( seh, no pega entre tanto verbo ñoño, pero es para rebajar el grado de glucosa del texto ;))seducirte, cantarte, escribirte, soñarte, recordarte, acariciarte, consolarte y amarte....
Amarte siempre.
Porque tu eres de esas personas importantes, a las que no les cojo el teléfono, pero se ganan sitios de honor en mi corazón.
Y de momento, tienes la parcela más grande, preciosa mía.
Te amo :)
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